LA TIERRA ROBADA POR LOS FUJIMORISTAS

Es un secreto a voces que en la época de la mafia fujimorista, vendieron y se han apoderado de diferentes bienes y recursos naturales del país, es decir de todos los peruanos. Mucho se comenta como KEIKO FUJIMORI SERIA ACCIONISTA MAYORITARIA DE LA VOLCAN, siendo tan joven y nunca haber trabajado.


La tierra robada
En la década de los 90, personajes ligados al gobierno de Fujimori, se convirtieron en dueños de tierras, ganaderos y agricultores, sin pagar por los predios ocupados. El procedimiento era simple: identificar terrenos del Estado, tener claro por dónde irían las futuras irrigaciones y colocarse en el sitio a esperar a que todo madure. 
El caso del ahora congresista Elard Galo Melgar Valdez no es único y cuando se molesta porque se le pone en evidencia, es porque le parece que lo que hizo al reclamar la propiedad de tierras que el Ministerio de Agricultura había dejado en su poder por una década, creía ejercer un derecho como cualquier otro. 
Si alguien quiere un ejemplo sobre para qué sirve la Constitución de 1993, puede estudiar este caso y sacar las lecciones. Melgar Valdez sostiene que él estaba en el fundo “Ángel” desde 1984, cuando no producía nada, y mantuvo una posesión pacífica y continuada. 
Luego empezó a llegar el agua de la irrigación San Felipe-Pampa Grande y don Elard empezó a lograr un notable éxito agropecuario y decidió que era momento de asegurarse. 
Así pues, tomando como base el ejemplo del ocupante de una casa que nadie reclama y que al cumplir diez años bajo esa posesión puede pedir al juez que se la asigne en propiedad, Melgar Valdez también se fue a la Justicia afirmando que el titular original del predio no era habido y, por lo tanto, era justo que se le reconociera como propietario. 
El caso es que el Estado no es una entidad que pueda olvidarse que tiene tales o cuales bienes o que pueda generosamente conceder que el que hace usufructo gratuito de su propiedad se quede con lo que no le sirve. 
La igualación del derecho público con el privado que es una de las genialidades de la era  Fujimorista y que, por supuesto, produjo muchos nuevos ricos Fujimoristas, es una perversidad que ha engendrado cualquier tipo de corrupciones. 
El privado, por cierto, puede dejar lo suyo en manos de otro y no reaparecer jamás para recuperarlo. Eso fundamenta la prescripción adquisitiva de dominio que implica regularizar la condición de poseedor elevándola a propietario. 
Pero si se traslada al caso de Melgar Valdez versus Ministerio de Agricultura, ninguna de las premisas anteriores encaja. El abandono de tierras, la no reclamación al ocupante, la falta de defensa ante la demanda, la apelación tardía y cualquier forma de allanamiento, significaría un acto doloso de los funcionarios que tienen responsabilidad.
Elard Melgar dice que no tiene la culpa de que, estando sobre la tierra, no viniese el Ministerio a quitársela, como tampoco de la mala defensa del procurador que finalmente entregó su respuesta a la sentencia fuera de tiempo. 
Lo interesante es que, al mover el tema y advertir que el congresista miembro de la Comisión de Agricultura es beneficiario de inconductas de la administración del sector, hemos encontrado nombres de funcionarios que eran parte del Ministerio de Agricultura cuando se permitió que los Fujimoristas cogieran parcelas que iban a ser irrigadas, y que en la época del APRA volvieron al Estado a hacerse cargo de la Procuraduría. 
O sea eran los que permitieron el robo y hace poco los que tenían que litigar con los ladrones. Esta investigación se está volviendo sabrosa y continuará en los próximos días. 
Raul Wienner