miércoles, 30 de noviembre de 2011

QUE TAL CHACON



Deberían estar en la cárcel los corruptos y violadores de derechos humanos, y sus familiares cómplices. Esta señora quiere hacernos creer que su padre era un santo y ella también. Es tiempo de que paguen sus culpas y aprendan a vivir de su trabajo y no a costa del hambre y miseria de los demás.


Miembros de la bancada de Gana Perú solicitaron al presidente del Poder Judicial, César San Martín, que disponga y exija lo necesario para que la congresista Fujimorista Cecilia Chacón acuda a escuchar su sentencia en un juicio por corrupción.

Según la citada bancada, Chacón debe ponerse a derecho y concurrir a la lectura de sentencia del proceso en su contra por supuesta complicidad en el delito de enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias, para lo cual ha sido citada por LA PRIMERA Sala Anticorrupción de la Corte Superior.

En una carta remitida al titular de la Corte Suprema, los legisladores nacionalistas recuerdan que el proceso penal seguido a Chacón ha culminado con la citación para la lectura de sentencia y versa sobre hechos presuntamente cometidos antes de su elección como congresista, por lo que no le corresponde la inmunidad parlamentaria.

Consideran que, al negarse a concurrir a la lectura de sentencia, la congresista Fujimorista comete un acto de rebeldía frente al poder jurisdiccional del Estado y afrenta al Estado de Derecho y a las leyes del país.

La congresista Fujimorista se negó a concurrir a la lectura de la sentencia argumentando que no existe ningún pedido de levantamiento de inmunidad.

POSIBLE PRESCRIPCIÓNLos legisladores oficialistas instaron al presidente del Congreso, Daniel Abugattás, a agendar en la siguiente sesión plenaria el debate del dictamen emitido por la Comisión de Levantamiento de la Inmunidad Parlamentaria sobre el caso de la congresista Chacón a fin de que se ponga a derecho y concurra a la lectura de sentencia.

“Adicionalmente queremos advertir que las demoras en realizar el debate en el Congreso sobre el tema, favorecen a la legisladora, pues los delitos por los que se le acusa pueden prescribir”, acota la misiva.

Firman el pedido los congresistas Ana María Solórzano, Javier Diez Canseco, Julia Teves, Eduardo Nayap, Rubén Condori, Jorge Rimarachín, Sergio Tejada y otros.

Vilma Escalante

lunes, 28 de noviembre de 2011

MANO NEGRA EN EL GOBIERNO DEL CAMBIO


El poder detrás del trono
Luis Favre, el gobernante que nadie ha elegido, ha resultado un lengua larga del insulto. A Carlos Tapia le ha llamado “pusilánime, xenófobo y traidor”, y ha definido la ultraizquierda como “tendencia que le hace el juego a la derecha” y que “no sirve para gobernar”. Favre no se da cuenta de que sus denuestos pueden ser aplicados a él mismo. Su lengua viperina semeja la de una serpiente que se muerde la cola.¿Quién, en efecto, le hace el juego a la derecha, si no Favre? Por algo, Correo lo exhibió ayer en primera plana como un héroe, en una etapa en que ese diario encabeza la lucha a favor del proyecto Conga. Favre tiene un pasado trotskista, de los días en que el trotskismo se alineaba con el ultraizquierdismo. Carlos Tapia ha recordado que Favre vino al Perú en 1980 para propugnar la candidatura presidencial de Hugo Blanco, contra el “reformismo” de Alfonso Barrantes. De entonces data su intromisión en la política peruanaEs probable que desde su etapa de trotskismo francés haya tenido estrecha amistad con César Humberto Cabrera, economista y periodista, trotskista de rompe y raja, que es hoy… ¡gerente general de Yanacocha, la gran empresa minera de Roque Benavides, el cual es socio también de Conga! Sabido es que Favre mantenía contacto continuo con Cabrera. Ocurre que Roque Benavides, feroz adversario de Ollanta Humala durante la campaña electoral, sabía que no era, por eso, el más indicado para negociar con el régimen. Cabrera sí podía ser el vínculo, el anillo de oro. Y lo ha sido, a través de Favre. Ambos son, pues, ejemplo de ultraizquierdistas que a la vez son traidores y le hacen el juego a la derechaFavre rompió con el trotskismo en 1985, cuando trabajaba, con la conocida táctica del “entrismo” trotskista, en el seno del Partido de los Trabajadores creado en Brasil por Lula. En esa época nació su fama de conquistador de mujeres mayores con mucho dinero. En cuanto al pecado de xenofobia que Favre atribuye a Tapia, habría que precisar conceptos. La xenofobia es enemiga de los extranjeros en general, pero Favre no encarna a los extranjeros en general, y Tapia no padece de ese prejuicio. Lo que éste denuncia es la presencia prepotente de un extranjero en el campo de las políticas y decisiones nacionales. En un país en que existen grandes inversiones Brasileñas, que a veces pueden chocar con los intereses superiores del PerúFavre es miembro de un dúo dinámico que le ha creado al gobierno de Ollanta Humala el problema más grave y de mayor calado económico, político y moral, que lo puede conducir al fracaso. En efecto, la ultraizquierda –es decir, Favre y Cabrera– no sirve para gobernar. Sirve sí a las transnacionales y, por qué no, al imperio que las comanda.
Cesar Levano
Fuente : La Primera

jueves, 17 de noviembre de 2011

LA GRAN TRANSFORMACION

No se puede dejar acorralar por la derecha y sus operadores mediáticos, que siempre hablan de desarrollo gracias a la minería, lo que durante tantos años de explotación minera(robo y entreguismo) no lo percibe el pueblo Peruano, Pero que ellos si han usufructuado permanentemente.


El Presidente Ollanta Humala ha cruzado el Rubicón. Mejor dicho, se ha manifestado a favor del proyecto aurífero Conga, que es rechazado por un amplio sector de Cajamarca.

Hay en juego factores económicos, tecnológicos, sociales y culturales. El primer mandatario ha declarado que Conga es importante “porque va a permitir la gran transformación y la inclusión social”. Se basa en la inversión de 4,800 millones de dólaresprogramada por la empresa, que es propiedad de Newmont Mining (70 por ciento), Minas Buenaventura e International Finance Corporation.

No basta, sin embargo, con esa propuesta multimillonaria. El Presidente tiene la obligación de examinar la propuesta, pero también las objeciones de sus críticos.

Los periodistas sabemos que para arribar a la verdad objetiva es necesario escuchar a dos partes en conflicto, y, además, perseguir la verdad más allá de esa confrontación entre dos.

Dijo el Presidente que el estudio de impacto ambiental realizado por la empresa puede ser mejorado. En realidad, ese estudio fue realizado por cuenta de la gran minera. Por eso tiene que ser no sólo mejorado, sino revisado y quizás anulado.

La prensa al servicio del poder económico ha difundido la leyenda de que la empresa va a garantizar agua en la zona, mediante el trasvase de cuatro lagunas para llevar el líquido a reservorios que promete construir. Esto va a proveer más agua que la que hoy se consume, asegura. El Presidente expresó ayer: “Exigimos a la empresa que no nos venga a hacer reservorios de cemento, queremos la construcción de lagunas modernas para ese trasvase”.

Pero el problema no es sólo de volumen de agua o de modernidad de reservorios. Los campesinos de la zona señalan que con el trasvase desaparecerán las filtraciones de líquido que desde épocas ancestrales irrigaban sus terrenos.

Esto confirma que la vía mejor para superar conflictos es el diálogo, la atención respetuosa a las partes, y no sólo a una.

El Presidente debe recordar que regímenes políticos anteriores se caracterizaron por sus concesiones excesivas a la gran empresa. Como alguien dijo en un foro popular, el lema de Alan García pudo ser: “la patria no se vende, la patria se regala”. No se trata de predicar el borrón y cuenta nueva, ni de aceptar contratos contrarios al interés nacional y social.

En ese plano político cabe destacar que Roque Benavides, uno de los dueños de Conga fue militante de la Juventud Aprista en sus días de alumno de la Universidad Católica, y después se declaró admirador de Alberto Fujimori (así como de su legislación antilaboral y antipopular).

Los sectores que mayoritariamente votaron por Humala seguirán apoyándolo en la medida en que cumpla con sus promesas de cambio económico e inclusión social. Lo de Conga no los alegra. La derecha baila la conga. 
Cesar Levano
Fuente: La Primera

lunes, 14 de noviembre de 2011


Censura en la TV
Esta semana se ha hablado acerca de la censura en la TV peruana, pero lo cierto es que desde hace lustros ésta se produce a vista y paciencia de todos. En estos días se habla de la censura que habría sufrido la miniserie La Perricholi a raíz de las quejas de los grupos ultraconservadores agazapados en sus ONG para buscar imponer su visión del mundo. Más allá de ciertas escenas, el asunto pasaría por no aceptar la versión que se presenta de esa época de nuestra historia, que no sería la misma que ciertas religiones defienden de esa etapa. No es novedad, siempre el poder pretende escribir la historia a su conveniencia.
REAL CENSURA Pero más allá de esa constatación, la censura es una práctica constante y diaria desde hace muchos años en la TV peruana. ¿Cómo así se preguntará usted? Resulta que la censura no sólo es quitar de la pantalla una u otra escena, sino invisibilizar, distorsionar, trastocar, desinformar, relativizar o mentir abiertamente. Para nadie es secreto que la TV peruana tiene una orientación política de evidente defensa del modelo político económico, y por ello defiende los abusos y la corrupción que de ello se deriva.Así, en la TV abierta de llegada nacional, las propuestas que cuestionan el modelo simplemente son tergiversadas y ridiculizadas, como producto de aspiraciones, casi primitivas, de grupos humanos que no entienden que el desarrollo no debe parar; la imagen que se pretende trasmitir es la de un país en el que si bien pueden haber injusticias, éstas sólo podrán superarse ahondando la lógica de consumo y de acatamiento de las imposiciones que los grandes intereses mantienen.
PANTALLA PRIMITIVA Por eso, todas y cada una de las protestas a favor de la conservación del medio ambiente, son producto de mentiras y manipulaciones del chavismo o de las ONG. Los peruanos que buscan conservar su medio ambiente como condición necesaria para seguir desarrollado su forma de vida, son una sarta de acomplejados, estúpidos, casi débiles mentales incapaces de entender el destino manifiesto de nuestro país: abrir y perforar la tierra para que unos cuantos empresarios mineros se la lleven fácil.El asunto es grave, pero las caras y caretas que vemos en la TV de señal abierta siguen alegremente destilando su veneno, inamovibles, férreas con el de abajo, arrodillados con el que les coloca la publicidad. ¿Alguien ha visto en los últimos años algún reportaje de TV o alguna de esas caras criticar por ejemplo a los bancos por sus cobros abusivos, a las líneas aéreas por lo mismo, a las AFP por llevarse las comisiones más altas del mundo, a las minas que violan derechos y hasta matan encubiertamente?
DOMINGO ALUCINÓGENO Como vemos, la censura en la TV abierta es intensa, sostenida, sistemática; anula la posibilidad de entender el país como una posibilidad y lo lleva a ser un problema eterno. La paradoja es evidente, pues la responsabilidad de que el país sea tan injusto e inequitativo, según la TV, es de aquellos que no ejercen el poder, de los que exigen atención del Estado, de los que se oponen al abuso. Pero lo real es que la TV se ha convertido en una de las causas principales de los desencuentros y de la violencia en el país.No es casual que las voces progresistas como la de Hildebrandt, hayan sido expulsadas de la TV, y que las de derecha conservadora pero con agudeza frente a ciertos ámbitos del poder como la de Rosa María Palacios, hayan sido defenestradas. Por eso tenemos algo alucinante en la TV los domingos en uno de los canales de más llegada: un programa conducido, como si nada hubiera pasado, por el principal agente del fujimontesinismo periodístico, seguido de la co-conducción del director del diario de ultraderecha lindante con el fascismo, y la señora desaparecida diez años luego de que cayera la dictadura a la que apoyó, que ahora se presenta como una periodista decente.
GUARDIANES Esa es la realidad de nuestra TV, censurada por los propietarios que usan alegremente el espectro electro magnético concesionado pero propiedad de todos, manipulada por una mayoría abrumadora de periodistas que no quieren o no pueden ver más allá del lente de las cámaras que captan la realidad, pero la editan según el interés a defender; manchada por el dorado del oro, por el negro del petróleo, por el olor del dinero.
Siempre el poder ha tenido guardianes funcionales. Hoy la TV peruana no sabe ofrecer más que escarbar en las desgracias familiares y hacer de eso un show, siendo la guardiana de una bolsa enorme que algunos no quieren repartir. Y es obvio, porque cientos de millones de soles se van en parte al año, en pagar a los fantoches que noche a noche se nos presentan con una cara dura de antología. Felizmente, nada está perdido, porque cada vez es mayor la llegada de los medios alternativos, por lo que ya es hora de empezar a protegerlos de la censura. 
Alexandro Saco
Fuente: La Primera

jueves, 10 de noviembre de 2011

VISION DE LOS PODERES FACTICOS


http://www.larepublica.pe/12-09-2011/humala-y-la-legitimidad-de-la-democracia

Humala y la legitimidad de la democracia

Por Steven Levitsky (*)

Casi todo el debate sobre el futuro de la democracia bajo Ollanta Humala (y me incluyo) se ha enfocado sobre el eventual daño que podría hacer a las instituciones democráticas (¿será o no será un presidente autoritario?). Pero también vale la pena preguntarse si este gobierno podría fortalecer a las instituciones democráticas. Creo que sí, sobre todo en términos de confianza pública.
La democracia peruana no gozaba de buena salud cuando llegó Humala a la presidencia. Había un descontento enorme.  Según el Latinobarómetro, solo el 28% de los peruanos estaba satisfecho con la democracia en el 2010, comparado con 49% en Brasil y 56% en Chile. En cuanto a la confianza en las instituciones, el Perú estaba en el último lugar. Solo el 13% tenía confianza en los partidos políticos (peor que Guatemala, Honduras y Paraguay) y solo el 14% confiaba en el Congreso (el promedio en AL era 34%). Y mientras el 45% de los latinoamericanos –y más del 50% de los brasileños y chilenos– confiaba en su gobierno, solo el 25% de los peruanos lo hacía. En el 2010, la economía peruana crecía más que la de cualquier otro país sudamericano, pero la aprobación del gobierno estaba por debajo de todos. Mientras en Brasil, Chile, Ecuador, Honduras, Paraguay y hasta México esa aprobación superaba el 50%, en el Perú estaba en 30%. 
La desconfianza pública es peligrosa para la democracia. Si la gente no confía en las instituciones, estará menos dispuesta a defenderlas y más dispuesta a apoyar figuras (outsiders, golpistas) que las atacan. La desconfianza es una receta para el voto “antisistema”. Sería erróneo, entonces, actuar como si el Perú estuviera bien hasta el 5 de junio y de pronto se hubiera “jodido” (para decirlo como Zavalita) con la elección de Humala. La democracia ya estaba mal.   
Una causa de la desconfianza política se debe a que pocos gobiernos han cumplido con sus promesas electorales. Las políticas adoptadas por Fujimori tenían muy poco que ver con lo prometido en la campaña de 1990. Alejandro Toledo tiene fama de no cumplir con sus promesas. El candidato García prometió el cambio responsable –interpretado por muchos como un reformismo moderado, estilo Lula o Bachelet– pero gobernó de una manera conservadora. 
El Perú lleva más de dos décadas sin un presidente que cumpla con su palabra. No es poca cosa. Cuando la gente no percibe una mínima relación entre lo dicho en la campaña y lo hecho en el gobierno, crece la desconfianza. ¿Para qué sirve el voto si no influye sobre el comportamiento de los gobiernos electos? Si no hay relación alguna entre los resultados electorales y las políticas públicas, ¿para qué sirve la democracia? Que haya una brecha entre las promesas electorales y el comportamiento de los gobiernos es normal en una democracia: las condiciones cambian, surgen problemas inesperados. Pero en el Perú esa brecha creció demasiado, con consecuencias graves en términos de confianza pública.
La élite política y económica no tomó muy en serio este problema durante la última década. Los gobiernos de Toledo y García se enfocaron casi exclusivamente a la política macroeconómica, prestando poca atención a las demandas públicas. Obviamente, es importante mantener políticas macroeconómicas sólidas, pero una lección de las últimas elecciones es que un buen manejo macroeconómico y la confianza de gente con apellidos como Dubois y Althaus no son suficientes para garantizar la estabilidad democrática.
Cuando la economía crece 9% y la imagen del gobierno está por debajo del 30% hay un problema. Y el problema no es que los peruanos sean tristones o que les falte sol u oxígeno. Es político. Y en democracia, guste o no, la política importa. Aunque parezca superficial o demagógico, los gestos políticos (ir a Bagua, llevar el Congreso a Ica) importan. Y aunque parezca irracional, ineficiente y hasta populista, aplicar algunas políticas que responden a las demandas de la gente importa. (Paradójicamente, el último presidente que entendía la importancia de la política fue Fujimori, un autoritario).
Desde esta perspectiva, el inicio del gobierno de Humala ha sido muy positivo. Ha hecho como presidente lo que nos dijo durante la campaña que haría. Aumentó el salario mínimo, impulsó con éxito la Ley de Consulta Previa, negoció un importante gravamen minero, inició los programas sociales Pensión 65, Beca 18 y Cuna Más, y amplió el programa Juntos. Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo con estas medidas. El punto no es ese. Lo importante es que estas políticas eran promesas centrales de la campaña. Humala cumple su palabra. Y, en términos democráticos, está muy bien. Si las cosas siguen así, es posible que el nivel de desconfianza pública empiece a bajar. 
Hay otras promesas que serán más difíciles de cumplir, sobre todo, la lucha contra la corrupción y la inseguridad. Son problemas estructurales del Estado que, por más voluntad que haya, son muy duros de cambiar en el corto plazo. Y como la corrupción y la inseguridad son –según las encuestas– problemas medulares para la sociedad, no solucionarlos puede traer costos importantes. Pero, en términos políticos, me parece que el gobierno empezó bien. Se ha preocupado mucho más que sus antecesores por las demandas del electorado, y no es poca cosa.
Humala, cuya presidencia nace de una crisis de confianza pública, está en condiciones de  combatir esa crisis. Que tenga éxito. Los problemas de la democracia deben curarse en democracia. Y nadie sabe cuánto puede durar una democracia sin confianza pública.  
(*) Profesor de Ciencia Política, Universidad de Harvard.

Respuesta:

El  Sr. Steven  Levitsky, solo  está  elogiando  el  continuismo, y  solo  está  dando  su  opinión  como  Certificación  de  la  Democracia  como  la  entiende  él, y  todos  los  poderes  fácticos  que  realmente  gobiernan  el  Perú, entiéndase   los   banqueros  y  las transanacionales, asociados  a  la  vieja  clase  oligárquica, y  muy  bien  representados  por  la  clase  política  corrupta   y   con  la  fuerte  coraza  de  todo  el  andamiaje  mediático  servil  y  corrupto ( Tesis  de  grado  PhD. del  inefable  Vladimiro  Montesinos).
Mientras  el  gobierno siga  rodeado  de  los  mismos   tecnócratas  lobbistas, que  han  estado  en  el  gobierno  los  últimos  21  años, sea  visiblemente  ó  en  la  oscuridad, y  mientras  el  gobierno  se  siga  subordinando  a  los  mandatos  e  intereses  del  FMI/BM, nunca  habrá  DEMOCRACIA, porque  siempre  gobernará  EL  CAPITAL  PRIVADO, que  no  tiene  nacionalidad  ni  escrúpulos  para  saquear  economías, ya  no  solamente  pobres, sino  también  ricas.
DEMOCRACIA, es  el   ESTADO, que  gobierna, siempre  en  privilegio de  su  PUEBLO, en  sociedad  con  EL  CAPITAL, pero  solo   con  LA  INVERSIÓN  PRIVADA  AMIGABLE, es decir  que  respete  la  Soberanía  y  la  Identidad  Nacional  de  los  pueblos, y  lo  más  importante  que  permita y  que  impulse  su  DESARROLLO, para  sustentar  SU  NIVEL  DE VIDA  DIGNA., y  esto  solo  se  logrará  elevando  sus  niveles  de  PRODUCTIVIDAD  Y  COMPETITIVIDAD  directas, en  los  sectores  productivos  y  de servicios, teniendo  como  pilares  LA  ALIMENTACIÓN, LA EDUCACIÓN, LA  SALUD  Y  LA  CIENCIA  Y  LA  TECNOLOGÍA.
Emiliano Palacios Montenegro