viernes, 25 de junio de 2010

Sendero del uno por mil

La marcha senderista del lunes 14 en San Marcos ha tenido rasgos y efectos curiosos: no reunió más de 30 personas; sirvió para azuzar el afán represivo de Alan García, su régimen y sus siervos; tendió una cortina de humo para ocultar protestas sobre el gas; alimentó el silencio sobre las elecciones fraudulentas en esa Universidad y respecto el acentuado proceso de descomposición de tercios estudiantiles.
La marcha indica que, si Sendero Luminoso es un movimiento en agonía, en San Marcos es una minoría más insignificante que nunca.

Que sólo pudiera reunir 30 manifestantes (o “cerca de 50”, como dicen algunos medios) en un centro de estudios con 30 mil alumnos indica el tamaño de su fracaso.
Sendero nunca ha sido fuerte en San Marcos.
Lo puedo atestiguar como profesor que atravesó los años en que el senderismo cortaba la luz de la Ciudad Universitaria dos o tres veces por semana, y pintarrajeaba muros interiores y exteriores.
Para eso había un centro: la vivienda estudiantil.
Se sabe que ahora han vuelto a ocupar espacio allí.
Cierta noche, cuando dictaba clase en un aula con 124 alumnos presentes, con acta firmada, irrumpió un profesor, vocero estridente del senderismo.
Me pidió dirigirse a los estudiantes, a nombre de un pequeño grupo de mineros en huelga.
Le repliqué que no podía interrumpir mi labor académica y que, en todo caso, iba a consultar a los alumnos. Lo dije en voz muy alta.
En la sala estalló un grito: “¡Fuera!”.
El profesor se retiró, no sin amenazarme de muerte.
Después, el sujeto se vendió a las autoridades impuestas por Fujimori, que incluso le costearon un viaje a España.
Ha sido luego congresista por UPP y, en su más reciente cambio de camiseta, milita en Solidaridad Nacional.
Su nombre es José Saldaña.
Mi idea es dejar constancia de que Sendero nunca ha sido fuerte en San Marcos.
No dudo de que entonces hubo autoridades y profesores que se confabularon con ese grupo, por oportunismo o por cobardía.
En estos días, en la Facultad de Letras, parte del tercio estudiantil se abstuvo a la hora de elegir decano.
Era una forma de votar a favor del candidato del oficialismo, traicionando su radicalismo verbal y el acuerdo de un referéndum estudiantil.
Anoche, el alumnado de Letras se reunió en asamblea general para exigir que ese sector del tercio renuncie. Proyecta marchar hoy, a las 11 de la mañana, hacia el rectorado, ataviados con polo blanco.
Quieren reafirmar la convicción con que rechazaron el ingreso de la marcha senderista a la Facultad de Letras.
ALERTA. Hace tres semanas, cuando hablamos del fraude en San Marcos, un personaje notable me advirtió: el APRA busca crear desorden allí, para entonces intervenir.
Quiere adueñarse de la Universidad más importante del Perú.

Como Sánchez Cerro y Fujimori

El régimen de Alan García se propone pisotear la Ley Universitaria e intervenir las Universidades cuando le parezca conveniente.
Busca, en otras palabras, imitar al comandante Luis M. Sánchez Cerro, al general Manuel Antonio Odría y al japonés Alberto Fujimori.
Sánchez Cerro llegó a clausurar San Marcos, con el pretexto de que sus alumnos estaban comprometidos en un complot encabezado por el sargento Huapaya.
El dictador sabía que eso no era cierto; pero cumplía el mandato de la extrema derecha, deseosa de anular la reforma progresista introducida en San Marcos por José Antonio Encinas, el mejor Rector que haya tenido la Universidad peruana.
Odría, por su parte, antes de asaltar el poder, asaltó como jefe del Ejército, el claustro sanmarquino, ubicado entonces en el Parque Universitario.
No se invocó ninguna razón o pretexto.
Los tanques violentaron las puertas del centro de estudios, como parte de la acción represiva desatada en respuesta a la subversión aprista en la Marina, el 3 de octubre de 1948.
El gobierno civil de Bustamante y Rivero había ilegalizado al APRA.
La intervención Fujimorista se produjo so capa de combatir a Sendero Luminoso, que, según la prensa reaccionaria, se había adueñado de San Marcos.
La verdad es que en esa Universidad había alumnos y profesores senderistas, pero eran una pequeña minoría, eso sí, activa y violenta.
Recuerdo que, de resultas de la orden de Fujimori, los militares se instalaron en el campus.
En la Facultad de Letras, el entonces Decano Tomás Escajadillo defendió los fueros académicos, mientras que el senderismo lo amenazaba seis veces de muerte.
Cierto día, los seguidores de Abimael Guzmán le enviaron como obsequio una elocuente calavera.
En esa etapa, José Saldaña, un camaleónico profesor, iniciaba su acercamiento y sumisión a las autoridades Fujimoristas, después de ser conocido como activista del senderismo.
Estamos ahora ante un intento de hacer retroceder la historia.
El Presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez amenazó ayer con una modificación de la Ley Universitaria, a fin de que la Policía pueda acceder a las Universidades aunque no exista acción delictiva flagrante.
Para la intervención preventiva bastarían, se supone, la sospecha, la delación infundada o las ganas de la autoridad. Es una Doctrina Bush en miniatura.



Otra intervención anunciada es el cambio de la Ley de Partidos Políticos, para impedir la inscripción de terroristas.
También esa propuesta abre paso a la arbitrariedad.
Merece un debate que contemple peligros y posibilidades.
No se puede proscribir a ciudadanos si han purgado pena por actividades anteriores, salvo que esgriman como bandera la reanudación de crímenes de lesa humanidad, o aprovechen para hacer apología del terrorismo.


Nueva amenaza a la Amazonía
Se veía venir: el presidente Alan García ha observado la Ley de Consulta Previa a los Pueblos Indígenas. Habíamos denunciado oportunamente esa intención, puesto que el proyecto aprobado por el Congreso de la República chocaba con el afán de García de entregar la Amazonía a un puñado de ricachos y transnacionales.
La doctrina enunciada por García en “El síndrome del perro del hortelano” propugna la entrega de la selva a grandes capitales que puedan explotar, con tecnología “moderna”, petróleo, gas, madera, oro, sin importar el despojo a los indígenas y el daño al medio ambiente.
Dice el oficio dirigido al Congreso con la firma del presidente García y de Javier Velásquez Quesquén, presidente del Consejo de Ministros, que la norma “debe consignar de manera expresa que si no se logra el acuerdo o consentimiento al que hace referencia, ello no implica que el Estado renuncia al ejercicio del ius imperium (poder de aplicar leyes)”.
Es decir, te consulto, pero no te hago caso.
Me burlo de la consulta previa, porque tengo compromisos previos.
En sus observaciones, García y Velásquez alegan que el Estado “debe privilegiar el interés de todos los ciudadanos”.
Es un sofisma envuelto en un falso dilema: amazónicos versus todo el Perú.
En primer lugar, si no me equivoco, los nativos de la selva son tan peruanos como García y su clan.
Ese mismo vicio tiene la alegación de que “la Selva es de todos los peruanos”.
Lo que el presidente omite es que, bajo su mandato y su proyecto, la selva es y debe ser de Dionisio Romero y varias petroleras y mineras.
No conozco a ningún peruano de a pie que sea dueño de la selva.
 A mí que me rebusquen.
El Poder Ejecutivo, es decir, García, que ordenó la matanza de Bagua, esgrime otra vez el hacha de guerra contra los nativos de la Amazonía.
No puede esperar una reacción sumisa.
Los pueblos de la selva esperaban la promulgación inmediata de una ley que había sido aprobada por una mayoría amplia y plural de congresistas, y que acogía el resultado de diálogos con los nativos, y se encuadraba, además, en la letra y el espíritu de resoluciones de las Naciones Unidas y en el marco del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo.
García ha observado la ley en la hora undécima, cuando está a punto de concluir la legislatura del Congreso. No es casual esa dilación.
García sigue considerando a los amazónicos como ciudadanos de segunda o tercera categoría.

N.B. Por error de digitación, se atribuyó ayer en esta columna el nombre de Manuel Antonio al general Manuel Arturo Odría.
Desde Estados Unidos y en el Perú me corrigen, diciendo que el nombre real es Manuel Apolinario.
En verdad, este último apelativo fue inventado por el APRA para subrayar la condición de serrano del tarmeño.
Cesar Levano
Fuente : La Primera





































Trome no es popular

Trome no es lo que dice ser, aparte de repetir los cuentos de sus personajes en la seño maria, el buho con sus especulaciones de sanmarquino de los 80, las malcriadas y noticias extraidas de los programas de tv, solo se compra por su llamada "ganadora" entre sus otros sorteos. Logicamente es su forma de pretender entrar al pueblo y camuflar el fondo de los intereses del grupo el comercio y los grupos de poder.

Aclarando, Búho


El Búho (Pico TV), o sea la editorial del Trome, es decir Víctor Patiño ha escrito algunas inexactitudes solemnes y quiero aclararle el panorama porque parece que se ha mareado con las ventas de su diario, o de las regalías que inflan las narices.
En una de sus últimas columnas (20/6/10), celebra nueve años del reventón kinesiólogo (avisos); dice: “El diario se concibió para devolverle la dignidad a la prensa popular”.
Que pare su coche, man.
Ese periódico se concibió por la impotencia de El Comercio (bajas ventas) de no llegar a la lectoría de las mesas populares.
Fue una necesidad de su mercado y del nuevo Perú emergente chacalonero.
Él escribe y regala el lonche y la piñata pero otros lo dirigieron con buenos estudios de mercado.
Que no venga a vender misticismos donde no hay cruz, entre periodistas no nos podemos leer las plumas, bro, él mucho acude donde los filósofos (los cínicos).
Si se cree un héroe editorial, ya casi el Súper Cholo, también debería anotar que la familia más poderosa del país se enjuga mientras se infla.
No olvide el gaseovet, es un ave y yo un gato, yeah.
Otra: “un oficio donde se contrae un matrimonio con la verdad y los principios éticos, morales y democráticos”.
Será que habla de la ética de la portada farandulera mientras que la gran prensa uniformiza el país con sus noticias y sus conveniencias.
Más: “Escribir sin presiones ni consignas de ningún tipo, nos permite decir las cosas claras y eso lo valora el lector”.
Esa utopía ni su nido se la cree -Algo bueno tiene: coincidimos en la crítica al Fujimorismo, un mal endémico-.
Pero acá el hombre se vuelve marketing hardcore, ¿no, Búho? “También para mejorar la calidad de vida de la gente, pues nuestras promociones son espectaculares” ¿está bromeando o cree que sus lectores son ingenuos?
Mejorar la calidad… no creo que sea en términos educativos.
“En política, somos un diario que le da tribuna a todos los candidatos”.
Mentira flagrante.
Sabemos que a uno lo chotean como si fuera la oveja negra y es la verdad del Grupo al cual representa y yo también brindo con Trome. Y con el Búho.
Víctor, algún día dejarás de ser animal para firmar con tus nombres reales.
Renuévate, mi estimado.
Fuente : La Primera
Luis Torres Medrano