miércoles, 1 de abril de 2009

Radiografía electoral: hacia el 2011 Con las injuriosas declaraciones de García ante los banqueros domésticos y de la región, acerca del poder de veto que tendría para impedir que Ollanta gane las elecciones del 2011, se dio la largada para ver quién será nuestro próximo presidente. Pero la cosa no quedó ahí. La mayoría congresal vergonzosamente votó en contra de la moción que pedía que el Congreso rechazara las declaraciones de García por considerarlas atentatorias contra el régimen democrático. Aunque fueron pocos, entre ellos Yehude Simon, los que públicamente intentaron justificar lo indefendible. Hasta Mauricio Mulder, secretario general del APRA y claramente a la defensiva, terminó balbuceando que lo dicho por García era sólo una opinión, y que “a los políticos no se les juzga por lo que dicen sino por su acción”, añadiendo que en todo caso García “no había cometido ningún delito”. Estando así las cosas y con una largada con pocos auspicios democráticos, veamos qué proyectos y candidatos se encuentran en el partidor. Son dos los grandes proyectos que se enfrentan; el “Continuismo Neoliberal” y el proyecto de la “Gran Transformación”. El primero, continuador del modelo económico inaugurado por Fujimori en 1990, comprende dos vertientes: la democrática y la autoritaria-corrupta. Toledo, el PPC y Castañeda han iniciado ya las conversaciones con el ánimo de cubrir el espacio democrático neoliberal. Buscan llegar a un acuerdo electoral y de gobierno, tanto para las elecciones regionales y municipales del 2010 como para las presidenciales del 2011. Es más fácil que se pongan de acuerdo para las del 2010 ya que para las presidenciales existen candidaturas innegociables; lo que sí parece avanzar es el acuerdo de apoyar al que pase a la segunda vuelta, y de ganar, asumir responsabilidades compartidas en el gobierno. AP y SP están a la expectativa. Como se sabe, la corrupción siempre acompaña a los proyectos encubiertamente autoritarios (ya que es imposible cualquier otro 5 de abril). Son dos las candidaturas que se ubican en este espacio, la de Keiko con la consigna de indultar a su papá y por eso imposible de hacer alianza alguna, y la del APRA con sus “invitados” y “parachoques”, posiblemente encabezada por Simon. Estas dos candidaturas cumplirán el rol de locomotoras y, puestos ya en la realidad, buscan alcanzar el mayor número de congresistas, porque saben que el Congreso será el espacio de negociación o presión ante un eventual Ejecutivo incómodo para los intereses que defienden. Ollanta es el candidato del proyecto de la Gran Transformación. En torno a su candidatura se busca aglutinar al nacionalismo con los diversos sectores de izquierda, movimientos regionales, indígenas y campesinos, intelectuales, empresarios nacionales, etc. El apoyo de los movimientos sociales expresados en la CGTP y los Frentes de Defensa se postula como una garantía para defender el triunfo electoral y darle estabilidad a su eventual gobierno, patriótico y popular. Es la hora de abandonar el sectarismo, el pequeño espíritu de capilla y apostar por lo grande y lo nuevo. El reto del proyecto de la Gran Transformación es el de saber convocar a todas las fuerzas, sin excepción, que están por construir un camino diferente al que ahora nos obligan a transitar los poderosos intereses que nos gobiernan. ¿Se dan cuenta por qué García -guardián de esos intereses- teme que gane Ollanta? Carlos Tapia Columnista

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