miércoles, 1 de abril de 2009

Japones Fujimori tratara de limpiarse de culpa

Accedimos al texto que leerá hoy Fujimori, quien buscará llevar el juicio al terreno político para tratar de limpiarse de culpa.
Así intentará librarse de la cárcel (1) Intentará desmarcarse de sus socios en los crímenes. Dirá que Montesinos, Hermoza Ríos y otros actuaron por su cuenta.
(2) Fujimori recitará el guión de Nakazaki.
Sin ninguna “bomba” de las anunciadas, el alegato final del ex dictador Alberto Fujimori, con el que tratará de librarse de los 30 años de prisión que ha solicitado el Ministerio Público por encontrarlo responsable de delitos de lesa humanidad, será un discurso político, en el que no le importará autoinculparse de delitos como violación de la Constitución y malversación de fondos o aparecer como ingenuo, antes que autor mediato de los crímenes del Grupo Colina ni del secuestro de Gustavo Gorriti y Samuel Dyer.
LA PRIMERA tuvo acceso, gracias a manos amigas que no podemos identificar, a un texto que Fujimori y sus abogados han preparado para eludir su responsabilidad en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.
Dirá que él no tenía tiempo para dedicarse a los detalles, a las actividades operativas, ni era el guardián de los militares ni de sus operadores políticos, como el ex asesor Vladimiro Montesinos. Las pruebas presentadas contra él por la Fiscalía son meras “conjeturas”, sostendrá.
El texto está dividido en nueve partes y no está exento de efectos dramáticos, como la repetición de su destemplado grito “¡soy inocente!” y la presentación de una víctima del terrorismo. Hablará de Lucía, una niña cuyos padres fueron asesinados por Sendero Luminoso.
“Lucía tiene hoy 32 años y hace unos días llegó hasta aquí para verme… quería agradecerme por haberle devuelto la paz…”.
Y luego volteará (Lucía estará detrás de los vidrios, de repente junto a su hija Keiko) y la mirará con gesto cariñoso, como dice el guión consignado en el texto.
Efectos especiales
Casi la mitad del tiempo lo utilizará en presentar detalles de sus dos periodos de gobierno y hablar de las supuestas bondades de su política de pacificación.
Sobre su relación con Montesinos, la cúpula militar y los crímenes de Colina, hablará muy poco, sólo puntuales observaciones, como la de decir que los crímenes y masacres fueron sólo actos de “desobediencia”.
Fujimori contará además los motivos de su ingreso a la política, su origen humilde y su alegada vocación por los pobres.
“Por eso no puedo sino sonreír, cuando en el alegato de la parte civil se ha llegado a decir en esta sala, algo en lo que ni ellos mismos deben de creer: que Fujimori despreciaba a los pobres y a los provincianos…”, dice uno de los apuntes llegados a LA PRIMERA.Y hablará de la paz, el desarrollo y la inclusión conseguidos durante su gobierno, sin recordar que durante el decenio fujimorista más de la mitad de la población pasó a ser pobre y pobre extrema y se incrementó la exclusión.
El héroeTambién hará un esbozo del país que heredó de su antecesor, Alan García.
“Nadie recibió un país peor al que yo recibí en julio de 1990”, dirá.
“El terrorismo, que ninguno de los gobiernos anteriores habían sido capaces de frenar, era tal vez el problema más grave pero no era el único… ¡Habían cientos de problemas!”, expresará, como ya ha hecho muchas veces.
“He pasado aquí (en el juicio) 15 meses…. Más tiempo del que me llevó revertir la peor hiperinflación que vivió el Perú;…. Más tiempo del que me llevó corregir la estrategia represiva y de tierra arrasada, por una estrategia de pacificación y cercanía al pueblo que hizo posible la victoria sobre el terrorismo”, insistirá con sus manidos argumentos.
Seguirá con la presentación de su “estrategia de pacificación”, y dirá “sin embargo, no pretendo ser el héroe que venció al terrorismo, siempre lo dije, fui un gerente y ejecuté una exitosa estrategia antiterrorista que fui diseñando y perfeccionando en el propio terreno de los hechos”. Fujimori ya se cree incluido en los libros de historia escolares como el salvador del Perú.
Y nombra a sus hijos, Keiko y Kenji, como sus herederos políticos.
Pero a la hora de las responsabilidades, las cargará a las Fuerzas Armadas, al afirmar que “como presidente, no era mi función supervisar la conducta individual de cada militar… ni de una patrulla o destacamento… yo no era militar, no formaba parte de la cadena de mando militar, ni tenía potestades militares... ni siquiera el comandante general dentro de la cadena de mando militar tenía que ver en esas instancias...”.
El ingenuoTambién alegará, sin pruebas, que los fondos de reserva 1 y 2 entregados a Montesinos fueron utilizados en la construcción de carreteras en lejanos pueblos, pistas en asentamientos humanos, obras sociales directas, pago de seguro a transportistas que enfrentaban paros armados terroristas.
“No es que el ex asesor Montesinos tuviera el control o dispusiera de ese dinero para financiar al destacamento Colina… nunca se financió ningún destacamento Colina ¡Yo jamás aprobé una partida para eso! ¡Jamás tuve siquiera conocimiento de tal destacamento! (tal vez gritará, por la utilización de signos de expresión en el guión que tendrá a la mano)
Es decir, preferirá autoinculparse de malversación de fondos, pero no aceptará lo evidente, que ordenó el financiamiento del Grupo Colina.
Fujimori tratará además de desvirtuar la versión del general Rodolfo Robles.
Dirá que lo citó a Palacio de Gobierno para que le informe sobre sus denuncias en torno al Grupo Colina.
“Sin embargo, él opta por asilarse en la Embajada de Argentina con el fin de auto-exiliarse” por lo que prefirió preguntarle al general Malca, “quien me dice que no existe el grupo de aniquilamiento”.
Pero la parte más ingenua, por decir lo menos, es su explicación de la carta de felicitación al destacamento Colina: “cuando firmé esa carta (de felicitación), esos documentos, nunca pasó por mi mente que algún día se pudiera interpretar como un gesto de respaldo a un destacamento en gestación cuya misión fuera la de asesinar”.
“Mi función no era la de leer el contenido de esa cantidad de documentos administrativos que llegaban para mi sola firma… yo tenía que confiar en el ministro o el jefe de cada organismo por quienes se supone esos documentos ya habían pasado”, dirá para insistir en la poco creíble versión de que no sabía nada, pese a que siempre se jactó de que nada pasaba sin que él lo ordenara o autorizara.
Cargará el bulto a su ex asesor, en el caso del secuestro del periodista Gustavo Gorriti, al asegurar que “en esta sala ha sido claro (Gorriti) en manifestar que llegó a saber que fue por órdenes del ex asesor de inteligencia (Montesinos)” y añade “los militares que detuvieron al periodista (Gorriti) eran funcionarios públicos que tenían la potestad de detener en el marco del régimen constitucional de emergencia (autogolpe del 5 de abril) que vivía Lima”.
Montesinos
Dedicará parte de su perorata a señalar cómo conoció a Montesinos y hablar de los servicios que le brindó.
“En rigor, él (Montesinos) podría ser un subordinado ante mí (…) pero así como niego enfáticamente haberlo incorporado como parte de un proyecto paralelo (de poder); asimismo afirmo que ahora sé que en años posteriores, en la práctica, no fue así…”.
“Y es que los hechos muestran que hay un segundo Montesinos, ya en el segundo lustro (…) que aprovecha mi ausencia, mis constantes viajes al interior del Perú, para ir construyendo subterráneamente un espacio que seguramente fue entretejiendo paralelamente y hasta utilizando mi nombre con el fin de avalar sus acciones…”.
“Yo por ejemplo, no le ordené que dejara su labor de inteligencia (…) para construir su proyecto personal de enriquecimiento”.
Epílogo
En su alegato, Fujimori dirá que es víctima de una venganza para “enterrarlo políticamente”, y aprovechará para hacer propaganda partidaria.
“La sentencia del pueblo que hoy me apoya y apoya a mi hija Keiko, dice más bien que es el inicio de un nuevo capítulo de nuestra fuerza… de la fuerza del pueblo… de la fuerza de los más pobres del Perú”.
Su nuevo movimiento se llama “Fuerza 2011”, qué coincidencia.
Finalmente querrá aparecer como estadista y demócrata sacrificado, al afirmar: “Señores de este tribunal (…) me sentiré feliz si mi sacrificio, si una eventual sentencia en mi contra, sirve en algo para que el Perú llegue por primera vez a la verdadera democracia y a la verdadera justicia (...) no la democracia del discurso hipócrita que se ha repetido a lo largo de nuestra historia (…) sino a la democracia real que los pueblos más pobres nunca conocieron…”.
Susana Grados
Redacción

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