viernes, 15 de abril de 2011


Segunda vuelta: Cambio vs corrupción


Los resultados de LA PRIMERA vuelta electoral confirman
que la mayoría del país rechaza el modelo económico
impuesto con violencia por el recluso Alberto Fujimori en
la década de los noventa y que ha sido replicado por los
regímenes de Toledo y García, quienes incluso han
mejorado el sistema de exclusión que el japonés instauró
en el Perú. El fracaso electoral del APRA el 10 de abril, tal
como ocurrió con Perú Posible en el 2006 demuestran
también el rechazo de la población a gobernantes que
siempre fueron en contra del anhelo nacional.












Estas cifras se comprueban con las últimas encuestas
realizadas antes de las elecciones para consultar a la
población sobre su satisfacción o no con la realidad
económica, donde se demostró que la insatisfacción
supera incluso el respaldo a las candidaturas de Keiko
y Humala. La mayoría de peruanos y peruanas rechazan
un modelo que genera crecimiento económico pero no
desarrollo, privilegios para un sector que gobernó en
alianza con el dictador y exclusión para el resto de
peruanos y peruanas que hoy pueden con su voto imponer
un Presidente.

Esto asusta a la derecha empresarial y transnacional
que a través de uno de los candidatos derrotados, el
lobysta Pedro Kuczynski, intentan imponer una agenda
con la finalidad de ponerle un nuevo candado al modelo
para que nada cambie. Como denunció el expresidente
Toledo, la movida del PPKuy ha sido para unificar a la
derecha en torno a la candidatura de la hija del dictador
para impedir que Ollanta Humala gane la presidencia.

A esto se suma, la campaña de demolición de sus
órganos de propaganda contra la postulación del
nacionalista, lo cual demuestra que la derecha está
asustada y que se siente amenazada porque esta
elección puede ser el inicio de un proceso de cambios
políticos que empodere a las mayorías y las haga
partícipe del crecimiento y desarrollo económico, que
se exprese en empresas eficientes que paguen tributos
 justos, generen trabajo con derechos y una vinculación
comercial con el mundo defendiendo los intereses nacionales.
Esto asusta a la derecha y a los corruptos.

La corrupción y sus operadores políticos, económicos y
mediáticos también pretenden generar miedo a la población
con sus mensajes apocalípticos para evitar el debate político
e impedir la confrontación de ideas sobre el fracaso del modelo
y la necesidad de un cambio que garantice nuestra viabilidad
como país. La derecha y la corrupción nuevamente trabajan
en alianza contra el desarrollo y progreso del Perú.

Como lo ha expresado la CGTP, estas elecciones son el punto
de inflexión que puede implicar el recambio generacional del
continuismo neoliberal (cambio al pasado con Keiko) que
significa mayor expoliación y corrupción o el comienzo de un
cambio (al futuro) que oriente el crecimiento económico a una
modernidad integral y en equidad, sin exclusiones y con una
visión soberana y nacional que nos garantice un desarrollo
sostenido y creciente.

Mario Huaman
Fuente : La PRIMERA

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