jueves, 4 de febrero de 2010

Salario mínimo, hambre máximo Tres centrales sindicales han emitido un comunicado conjunto en el que plantean demandas de fondo en el área laboral, entre ellas el aumento del salario mínimo actual de 550 soles. Esto significa menos de 20 soles diarios. Nos preguntamos si algún ministro aceptaría este desafío: que demuestre, aunque sólo sea por una semana, que sí se puede vivir con esa suma. El problema es la creciente desigualdad. Señalan los sindicalistas que las ganancias empresariales crecieron del 58.7% del PBI en 2002 a 63% en 2008. Los salarios, en cambio, se desplomaron del 25% en 2002 al 20.9% en 2008. El régimen aprista demuestra así su naturaleza brutalmente neoliberal, plutocrática y favorable a la gran empresa nacional o extranjera. Los porcentajes citados por las centrales –CGTP, Central Unitaria de Trabajadores y Central Autónoma de Trabajadores– exhiben de paso lo que quiere decir PBI, es decir, Producto Bruto Interno. Es un producto que suele crecer a la par con la injusticia. Los métodos que conducen al resultado mostrado en el texto sindical son conocidos: política antisindical, creación de “sindicatos” paralelos, despidos en masa en el sector privado y en el público que se descargan contra dirigentes sindicales y trabajadores de base. Lo que ocurre en el Perú es parte de una estrategia global del gran capital, que busca eliminar los sindicatos. Conocidos son los métodos brutales que se emplean en Estados Unidos contra la organización sindical. ¿Libertad? Sí, para despedir, amenazar o corromper a burocracias sindicales. Las centrales recuerdan que el gobierno de Alan García suscribió en enero de 2007 y diciembre de 2008 sendos Memorandos de Entendimiento con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en los que se comprometía a “dar prioridad, en el marco de un Programa nacional de Trabajo Decente, al crecimiento económico con empleo, al respeto efectivo de los principios y derechos laborales fundamentales, a la mayor eficiencia y cobertura de la protección social, y a la progresiva institucionalización, a diferentes niveles, del diálogo social”. Las centrales exigen que el Congreso ratifique el Convenio 131 de la OIT sobre salario mínimo; que se resuelvan de inmediato los procesos de negociación colectiva que se ventilan en el Ministerio de Trabajo y que en la próxima reunión anual de la OIT en Ginebra participen todas las centrales. Asimismo demandan que en el plazo de 30 días se resuelvan las peticiones contra despidos antisindicales o referentes a tercerización e intermediación. Piden también que todas las centrales participen en el Consejo Directivo de EsSalud, que es ahora acaparado por el aprismo, el cual puede así hacer caja con los fondos millonarios de una institución vital para los trabajadores. Cesar Levano Fuente : La Primera

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